Desde los distintos gobiernos que han gobernado las Islas Canarias, y los propios de Tenerife, se intenta dar una vuelta de tuerca a los recursos disponibles en la ínsula, aprovechando los máximos e intentando no mermar y optimizar los mínimos. Cierto que todos estos planes están dirigidos predominantemente al turismo, porque sería algo tonto ignorar que ese es el principal valor del lugar; a partir de ahí, toda economía o sector que esté unido necesita también adaptarse a los nuevos tiempos, junto a la optimización de los recursos naturales.
Si has visitado Tenerife, no tengo qué contarte las bellezas geográficas que puedes encontrar, en muchos casos potenciadas por la mano del hombre. En realidad, la isla es un claro ejemplo de que se puede ir hacia un modelo productivo sostenible sin cambiar la esencia de un lugar. De hecho, de ser un lugar de turismo de playa (algo totalmente lógico), en los últimos años se ha intentado crear otro tipo de turismo, más centrado en sus zonas más interiores y que ensalza todas esas maravillas naturales que ofrece la isla. Alejarse de las zonas típicamente turísticas hace que la imaginación pueda crear otras maneras de aprovechar los recursos que se tienen; de hecho, para algunos, esa imaginación ha volado quizá demasiado alto.
Eso debieron pensar los vecinos de la localidad cuando descubrieron a una pareja teniendo sexo en público en Santa Cruz, mientras llamaban a la policía para denunciar la escena. A pesar de que aquello quedó como una anécdota, que se saldó con la pareja vistiéndose al momento y una propuesta de sanción por actos obscenos por parte de los agentes, amén de varias grabaciones caseras de los espectadores, no fue cosa de un calentón repentino de los protagonistas. Ya por aquellas fechas se hizo público este mismo tipo de noticias en diferentes localidades del territorio español, casi siempre en ciudades que gozaban de gran afluencia de turistas. Es decir, lugares bien conocidos por el grueso de la ciudadanía, y de los que la industria del cine porno había tomado buena nota para grabar escenas xxx en vivo.
La industria cinematográfica del cine para adultos tiene claro que el porno tiene que reinventarse. Aunque la pornografía online sigue siendo un negocio lucrativo, se nota cierto cansancio en su público, cierto hastío provocado por ciertos estereotipos que no dejan de repetirse, aunque no hay duda de que son la misma esencia de la pornografía. Pero parece que a la sociedad actual ya no «les pone» las mismas situaciones y tópicos de hace unas décadas, y por eso se buscan hacer un tipo diferente de porno, cambiando ciertos aspectos que no ataquen directamente a su esencia pero que lo transformen sensiblemente.
Seguramente, esto de rodar sexo en público sea una forma de hacer tomas más naturales, alejadas de los platós, donde el morbo y la posibilidad de ser pillados también influyan en los actores y en sus reacciones a la hora de actuar. Pero claro, justamente por ser un lugar público, uno no puede llegar y plantar cámaras y acción como si nada, ignorando a todo el resto de los ciudadanos. Desde luego, la naturalidad no dejó de tener su importancia en la situación, aunque la verdad, nadie supo averiguar si todo había sido preparado, o era simplemente un par de cachondos que necesitaban follar sin poder esperar a llegar a casa.
¿Podría incluirse a Tenerife entre las locaciones habituales para grabar cine, ya fuera convencional o porno, sin que eso influya y forme parte de la economía sostenible que se espera para la isla? Seguramente sería una opción a tener en cuenta, claro que sí.