Los siguientes consejos esenciales de sostenibilidad brindan los conceptos básicos para reducir su huella ecológica, de modo que pueda vivir de manera más ligera en la tierra y no causar daños:
- Conoce tu huella
No se puede gestionar lo que no se mide. Todos los consejos a continuación te ayudarán a reducir tu huella ecológica, pero primero necesitas saber dónde te encuentras ahora, establecer una meta y un plan para reducir tu huella, y luego medir nuevamente para ver cómo lo has hecho.
«Medir la huella» es simplemente hacer un cálculo de los residuos que lanzamos a la atmósfera y a la naturaleza en general. Hay múltiples calculadoras en línea para hacerlo, haz la prueba y conoce tu medida para empezar a mejorar. - Consume alimentos frescos, principalmente verduras
Comprar productos locales apoya a tu comunidad y reduce el porte. Comprar productos frescos y de temporada reduce el procesamiento y el envasado. La compra de productos orgánicos promueve el uso sostenible del suelo y la tierra. Si puedes, planta tus propias verduras. Come menos carne, que deja una huella mayor que los productos agrícolas. - Compra menos cosas
Hacer cosas utiliza muchos recursos y eso impacta el medio ambiente. Piensa en «suficiencia», es decir, en lo que necesitas para tener una vida confortable, pero sin excesos. Compra productos bien hechos y duraderos, idealmente de segunda mano. Considera alquilar o pedir prestado lo que necesite; y si puedes, fabrica tus propios productos. - Utiliza productos naturales
Utiliza productos naturales y evita productos que contengan sustancias químicas sintéticas peligrosas que no se descomponen y pueden acumularse hasta niveles tóxicos. Elije productos fabricados con materiales ecológicos y renovables, como madera recolectada de forma sostenible y algodón orgánico, o elije materiales reciclados. - Transpórtate
Lo ideal es que vivas cerca del trabajo, escuelas y tiendas para poder caminar a todas partes. De lo contrario, puedes andar en bicicleta o tomar el transporte público. Compartir el coche para ir a trabajar con un vecino reducirá a la mitad ambas emisiones. Serás más autosuficiente y ayudarás a frenar el cambio climático. - Renueva tu consumo de energía
Reducir el consumo de electricidad teniendo un buen aislamiento, comprando electrodomésticos de alta eficiencia, instalando calentamiento de agua solar o con bomba de calor y utilizando bombillas LED. Utiliza energía renovable cuando sea posible, por ejemplo, una estufa de leña eficiente. Mejor aún: genera tu propia electricidad limpia. - No desperdicies
En realidad, nunca se tira nada, todo va siempre a alguna parte. Al comprar menos, evitar los envases, reciclar y reutilizar, reducimos la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos, donde ni siquiera los productos biodegradables se descomponen por falta de oxígeno o luz solar. - Cuida el agua
El agua limpia es un recurso precioso y no renovable. Ser consciente del agua ayuda a reducir la presión sobre los sistemas municipales de tratamiento y garantiza que haya suficiente para todos. Puedes recoger agua de lluvia para regar el jardín en verano y reciclar las aguas residuales. - Compensemos el impacto del resto e invirtamos en la naturaleza
Hay que revitalizar el medio ambiente a largo plazo. Tenemos que renovar el suelo, limpiar las vías fluviales, limpiar los lugares contaminados, restaurar los hábitats, crear reservas de vida salvaje, controlar los animales nocivos y plantar árboles. Los proyectos de compensación y conservación ayudarán a conseguirlo.